Euroliga 2023-2024

Madrid, 24 de enero de 2024

José María Cañas, losojosdeltigre.com

Aunque ya se vieron las caras en El Pireo, ocho meses después de la última final continental, Real Madrid y Olympiacos se verán las caras en el WiZink en el partido correspondiente a la 23ª jornada de esta Euroliga. Sin embargo, será una reedición de Kaunas algo descafeinadas ya que los principales protagonistas de aquella final junto al Chacho no podrán disputar este partido.

Y es que en el Wizink Center faltarán cuatro piezas muy importantes por parte de ambos equipos y no nos referimos a Sloukas y Vezenkov –quienes se marcharon en verano del conjunto griego–, sino a las sufridas por parte de ambos equipos. Y es que el calendario está causando estragos y si hace dos semanas, el Madrid confirmaba las lesiones de Llull y Tavares, un par de días despuÉs el Olympiacos anunciaba lo propio con Fall y este fin de semana se lesionaba su otro pívot puro, el serbio Nikola Milutinov.

Estas bajas sin duda afectarán a un partido en el que ambos equipos tendrán que jugar más exterior de lo que acostumbran. Y es que sin ellos, ambos equipos contarán con un solo jugador eminentemente interior: Vincent Poirier por parte de los blancos y Filip Petrusev del lado griego. Así pues, todo hace indicar que el partido lo decidirá el que más acertado esté en el tiro y menos errores tontos cometa (dos estadísticas que últimamente no le están siendo favorables a los blancos). Así pues, afrontamos un partido muy incierto en el que ambos equipos tienen necesidad de victoria ya que si los griegos la necesitan para alejarse del Play in y poder luchar por la ventaja de cancha, los madridistas también , tras la derrota en Mónaco, necesitan la victoria para mantener su ventaja sobre sus perseguidores y lavar esa última imagen continental que ha sido la única gran mancha de los blancos en esta temporada.

Madrid, 12 de enero de 2024

José María Cañas /losojosdeltigre.com

En la Euroliga cada distracción puede ser fatal y así estuvo a punto de comprobarlo un Real Madrid que, pese a dominar por completo a Olympiacos en la primera mitad del partido, acabó pidiendo la hora. Una excesiva relajación y un arbitraje infame estuvieron a punto de dar al traste con un partidazo permitiendo que el marcador pasara del claro 60-36 que campeaba en el min.25 de partido al 86-83 que iluminaba el electrónico del WiZink a 36 Segundos para el final.

Como decimos en el inicio del partido nada hacía presagiar un final tan ajustado. Tras un par de minutos de golpes, un triple de Musa hacía al Madrid coger su primera ventaja en el choque e iniciar la escapada. El Madrid realizaría un primer cuarto casi perfecto, moviendo el balón a la perfección y con una defensa muy férrea que le permitía sumar un parcial de 24-6 de ahí hasta el final del cuarto, que colocaba los blancos 17, arriba (30-13) con apenas 10 minutos transcurridos.

Nada, cambiaría en el segundo periodo, ni siquiera con la entrada de la segunda unidad y entre Hezonja, Rudy, Chacho y Musa lograban superar por primera vez la barrera de los 20 puntos a un minuto para el descanso (50-26). El juego del Madrid y la afición se estaba hirviendo divirtiendo como en los primeros partidos de esta temporada. Nada hacia prever lo que ocurriría en una segunda mitad a la que se llegaría con un contundente 52-30 en el electrónico.

Sin embargo, todo cambiaría a mediados del tercer cuarto. Hasta entonces, el Madrid había logrado mantener las diferencias, pero la fluidez mostrada en la primera mitad no aparecía por ninguna parte y pronto se verían las consecuencias. Cinco puntos casi consecutivos de Alec Peters despertaron a Olympiacos que empezó a sumar triples ante un Madrid atorado en ataque. De esta forma del 60-36 se pasaría al 64-51 en apenas 2 minutos y medio y el partido entraría en una fase muy diferente.

El partido llegaría con 13 puntos de diferencia a su último episodio, pero Olympiacos aún necesitaba un líder que terminara de meterle en partido y este no sería ni McKissic, ni Peters, ni Walkup, ni tan siquiera un Papanikolaou que firmaría un cuarto cuarto espectacular. No, este sería el colegiado Carmelo Paternico quien hizo todo lo que estuvo en su mano para meter a Olympiacos en partido, desde señalar cuatro faltas de equipo (dos inexistentes) en apenas dos minutos, darle 15 tiros libres a Olympiacos en los últimos 10 minutos, señalar una técnica por flopping a Musa cuando más caliente estaba el partido o permitir que a Poirier le destrozasen a palos sin pitar nada mientras que al francés le señalaba como falta hasta las malas miradas. Daba igual que Hezonja evitase el primer intento de remontada visitante con 9 puntos casi consecutivos para su equipo, que Musa anotase 4 puntos seguidos para dar un respiro a su equipo a falta de minuto y medio o que Campazzo anotase una entrada que parecía decidir el partido a falta de 24 segundos. Siempre aparecía un triple de Papanikolaou o una decisión de Paternico (cuando no ambas cosas) para ajustar el choque. Incluso cuando Facu lograba por fin sentenciar el choque con dos tiros libres a falta de 9 segundos, los árbitros tuvieron que aparecer para inventarse la enésima falta del choque y hacer que un partido que la afición saliera enfadada, pese a la victoria, en un partido que había empezado ilusionanante.