Lucha en estado puro

Axel Hervelle era uno de esos jugadores que realizan un trabajo que dificilmente es valorado por la crítica y el público televisivo pero que tanto encadilan a una afición como la madridista. Y es que este belga era un experto en realizar los llamados trabajos de intendencia: pelearse bajo los aros, luchar con el rival por un rebote imposible o abrir la defensa rival para que entre el compañero. Todo esto y mucho más realizó Hervelle con la camiseta blanca en la primera década del Siglo XXI.

Pero, como no solo de lucha vive el hombre, Hervelle era, además un ala-pívot con gran calidad y muñeca, lo que le sirvió para ganarse el favor de la grada. Unos ánimos que se conviertieron en auténtico fervor gracias a la lucha poní en cada balón.

Y es que tras llegar en 2004 para sustituir a su compatriota Eric Struelens, Hervelle tardó poco en convertirse en el favorito de la grada y de sus entrenadores hasta tal punto que lograría ser el extranjero con más partidos en la ACB de la historia del Madrid superando a mitos como Joe Arlauckas.

Bueno, eso fue así hasta la llegada de Ettore Messina en 2009. Desde el primer momento se vio que al catanés la pugna de Hervelle no le era suficiente y prefería apostar por viejas glorias para el cuadro madridista; así que tras media temporada de ostracismo al fondo del banquillo Axel Hervelle decidió coger las maletas rumbo a Bilbao a inicios del 2010 ante la desesperación de una grada que nunca olvidará su entrega.