* Los viajes en color gris carecen de documentación
Tras haber estado toda la temporada lesionado, el regreso a las canchas de Sergio Llull había metido al Madrid en una nueva Final Four, y con eso activaba un viaje que ya llevaba cerrado desde la Copa del Rey. Y es que pese al mal sabor
de boca que dejó la final del torneo del KO (en el que se cayó en la final ante el Barça tras un tremendo error arbitral), el hecho de haber peleado hasta el final hizo que la Copa no fuera más que el inicio de una nueva aventura. Fue precisamente en Las Palmas cuando los peñistas allí presentes comenzaron a pensar: ¿Nos vamos a Belgrado?
Esta peña sólo ha faltado de forma oficial a una Final Four en la que estuviera presente
el Madrid, la del año anterior en Estambul (aunque sí que hubo peñistas en ella) y lo que al principio fue un rumor fue tomando cuerpo y en poco tiempo, se vieron embarcados en esa aventura. Porque una aventura fue el largo viaje con escala en Budapest, donde hicieron noche, o las largas horas en autocar hacia Belgrado.
Si hay algo que los miembros de esta peña han aprendido desde que llegó Pablo Laso al equipo es a creer. Saben que siempre, en cada partido, lo darán todo para ganar. Y, la Final Four, no iba a ser menos. Tras el duro viaje al pabellón los madridistas eran una islita pequeña en medio de
un océano, la mayoría negro y amarillo. Miles de gargantas cantando y animando a los suyos. Pero allí estaban los "tigres", dejándose la voz por nuestro equipo. Porque si en la cancha se luchaba, nosotros teníamos que animar. Y se lograba la primera victoria, el pase a la final, se salía del Stark Arena
con energías renovadas y los sueños intactos. Pensando que se podría lograr.
Tras un día que se aprovecharía para conocer Belgrado y disfrutar con otros madridistas, llegaría el día de la final. Los turcos gritaban, animaban, pitaban o aplaudían sin parar. Y los peñistas esperaban a sus ratos de silencio para poder animar a los nuestros, para que los jugadores supieran que allí estaban, que no estaban solos y que juntos iban a luchar por la victoria. Y llegó, se ganó, se consiguió callar a los miles de turcos y que el “si fuiste campeón de Europa por décima vez” resonara en todo Belgrado.
La Décima se venía para Madrid en lo que sería una experiencia increíble y emocionante, porque ganar una Euroliga fuera de casa es una experiencia que no se puede explicar con palabras, que hay que sentir y disfrutar. El viaje de vuelta sería interminable, seis horas de autocar, parada en Budapest para comer y al avión de vuelta a Madrid. Otros aún lo tuvieron peor porque de Madrid viajaban hacia el sur peninsular. Pero todos regresaban con la sonrisa en la cara.
Competición
Euroliga
Ronda
Final Four
Puesto Final
Campeón
Peñistas desplazados
20
Stark Arena Varios de los peÑistas desplazados en la puerta del hogar de la Final Four 2018
Campeones de Europa Los "tigres" exultantes tras conquistar la Décima
Viaje agotador Más de 2 horas de avión y 6 de autobús para llegar al destino
Éste sitio web usa cookies, si permanece aquí acepta su uso.
Puede leer más sobre el uso de cookies en nuestra política de cookies.