El mago de Vic

Raúl es probablemente uno de los jugadores españoles con más calidad de la historia. Claro referente de la inolvidable generación de los Juniors de Oro, fue uno de los responsables de aquel histórico oro de Lisboa. Desde sus inicios, Raúl López destacó gracias a una magia y a un descaro impropio de jugadores tan jóvenes como en aquel momento era el canterano de la Penya.

Ese desparpajo pronto llamaría la atención del Real Madrid que, en el año 2000, decide ficharle cuando apenas contaba 20 años por 300 millones de pesetas, lo que era todo un récord por el traspaso de un jugador español en aquel momento. Su juventud no sería un problema y pronto se adaptaría a un Madrid en épocas bajas pero que disponía de jugadores de la calidad de Alberto Angulo o Alberto Herreros.

Precisamente en esta primera etapa en el Madrid empezaría su mala suerte con las lesiones cuando, en su segundo año de blanco sufría una rotura de ligamentos que le obligaría a parar varios meses y que prácticamente sería su último partido con el equipo blanco ya que en ese verano de 2002 se convertiría en el tercer español en llegar a la NBA tras haber sido elegido en el pick 21 por Utah Jazz con la dificil misión de John Stockton.

Sin embargo, la desgracia volvería a cebarse con él y en la preparación del mundial de Indianapolis justo antes de llegar a Utah volvía a romperse los ligamentos lo que le mantuvo todo un año en el dique seco. Ahí no acabaría su mala suerte y una nueva rotura, esta vez en la otra rodilla unos meses después acabó conllevando que lo que prometía ser una longeva carrera en la liga americana apenas durara dos temporadas antes de regresar a la ACB.

Tras una temporada en Akasvayu Girona, el Real Madrid volvería a fijarse en el talentoso base de Vic que iniciaría en 2006 su segunda etapa de blanco. Mucho más maduro e inteligente sobre la cancha, Raü volvería a emocionar a la afición madridista y sería uno de los grandes artífices del doble Liga-ULEB de la temporada 2006-2007. Además, su gran labor en el equipo madridista le llevaría de nuevo a la selección donde conseguiría la plata olímpica y el oro europeo.

Tras otras 3 temporadas de blanco y cuando nada hací presagiarlo, la llegada de Ettore Messina provocaría que de nuevo Raül López tuviera que decir adiós al equipo blanco para disgusto de toda la afición madridista. Y de nuevo su destino sería el extranjero, esta vez Rusia, desde donde le reclamaría Sergio Scariolo para jugar en un Khimki donde estaría un par de temporadas antes de volver al que sería su último equipo, el Bilbao Basket.