La diferencia entre jugar en tu propio feudo fuera de casa es abismal. Aunque es verdad que jugar fuera motiva a los jugadores, no es menos cierto que el tener a tu público entregado en muchas ocasiones decide los partidos.
Desde el pequeño terreno situado al abrigo del Viejo Chamartín al gigantesco Palacio de Deportes el jugar en casa para los blancos siempre ha sido un auténtico una motivación extra que ha traído numerosos títulos a las vitrinas del club.