Al finalizar la temporada 1997-1998 a los madridistas nos tocó hacer la maleta rumbo a una nueva casa que iba a estar situada en el mismo lugar donde durante tantos años estuvo el Viejo Pabellón de la Ciudad Deportiva. El volver a tener casa propia era algo ilusionante, pero las obras no estaban terminadas a tiempo y durante unos meses nos tocó estar de prestados en el Pabelló del Parque Corredor en la madrileña localidad de Torrejón de Ardoz.
Pese a que apenas fue unos meses, este exilio temporal fue un disparo casi letal a la línea de flotación de la peña. Los malos resultados, las dificultades económicas por las que pasaba el club y la sección (se hablaba por aquel entonces que el Madrid de Baloncesto tenía los días contados) y, sobretodo, la lejanía de la nueva sede propiciaron un torrente de bajas de asociados que mandó a esta peña a la Unidad de Cuidados Intensivos en un estado muy cr&iaacute;tico.
Es precisamente por esta circunstancia por la que los recuerdos de la que fue nuestra segunda sede no son precisamente, muy favorables y por lo que nos ha sido tan complicado encontrar algún testimonio gráfico de nuestra estancia en Torrejón.