El Real Madrid se estaba jugando el volver, 15 años después, a una Final Four, concretamente a la de Barcelona. La eliminatoria ante el Power Electronics Valencia había comenzado bien, pero una derrota en casa (la segunda en toda la temporada) había quitado al Madrid la ventaja de cancha y dos derrotas en Valencia nos dejarían sin Final Four una vez más.

Por ello, y viendo que el equipo nos necesitaba esta peña montó un viaje relámpago a la Ciudad del Turia para un cuarto partido que prometía ser a cara o cruz. Afortunadamente en el primero que se disputó en tierras levantinas el Madrid conseguiría el triunfo y el viaje entre semana fue mucho más relajado sabiendo que habría, en el peor de los casos, un encuentro de desempate en Madrid.

Por desgracia no pudo ser y el Madrid no logró la clasificación en tierras levantinas pero era el primer viaje organizado por esta peña a la Euroliga en más de 10 años, por lo que nos lo pasamos muy bien.

Además, afortunadamente, los jugadores entonces dirigidos por Lele Molin lograrían el pase a la Final Four una semana después.