Tras anotar el triple que le dio al Real Madrid sus vigesimonoveno título liguero en el Buesa Arena, Alberto Herreros decidió colgar la camiseta y pasar de la cancha a los despachos. La remodelación que sufrió el organigrama directivo de la Sección propició que el hasta entonces capitán de la primera plantilla se ocupara de la dirección deportiva del Baloncesto Blanco.
Pese a seguir siendo jugador de corazón, su cabeza ya no piensa en anotar los tiros de tres desde la cancha, sino en anotarlos desde los despachos e intentar relanzar la sección gracias a su experiencia en el parqué.