Tras la comunicación del derribo del Frontón Fiesta Alegre por parte de sus propietarios a mediados de 1965, el Madrid se dedicó a buscar a toda prisa un nuevo lugar donde jugar sus partidos mientras se construyera un Pabellón en los recintos de la Ciudad Deportiva del Club.
La pista escogida de forma provisional fue la cancha situada en el gimnasio del Colegio Maravillas de Madrid en donde los blancos jugaron cuatro meses, concretamente hasta el 6 de Enero de 1966 cuando fue inaugurado el nuevo Pabellón.